Como si se tratara que en esta vida comienza el eterno retorno , para sentir que todavía puedo hacer algo, robar un fuego de los dioses y hacer quemadura perpetua en lo que viene, en el ocaso veo un nuevo amanecer, vida y muerte y las campanas de la catedral acarician los pezones de mi corazón hacia la certeza más in absoluta.
Sin embargo, a pesar de todo existen las tinieblas y el alma del hombre es triste. Infinitamente triste. Mas la vida no puede ser así. Un sentimiento interno me dice que la vida no debe ser así. Si yo descubriera la particularidad de por qué la vida no puede ser así, me pincharía, y como un globo me desinflaría de todo este viento de mentira y quedaría de mi apariencia actual un hombre flamante, fuerte como uno de los primeros dioses que animaron la creación. Roberto Arlt,"Los siete locos" 1929